A veces

A veces todo
se para,
cuando recibo tu boca
o simplemente te deseo,
se terminan las ganas
y comienzas las caricias
esas que nacen 
del intestino de mis sueños
que amanecen con la luna
cuando la noche 
se hace silencio
y me acompañas
sin remedio.

A veces todo
me parece nada
y la nada es el todo
donde me sumerjo
sin aire,
al precipicio de tu boca,
a veces quisiera volver
y otras quedarme
en la experiencia
que dibujan mis venas
cuando pasan
las aduanas de tu ser
donde nunca estuve.


A veces la vida
simplemente es un lujo
entre mis manos,
ese objeto de deseo
que pervierto cada segundo
para hallar un momento después
el capricho y el ansia
de hallar en tu desnudo
ese latido de orgasmo
que me envuelve
cuando entras en mí
y decides prolongar
esa locura
que es tu mente
cuando viste mi piel.

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