A pinceles llenos

Y mis manos

se mueven entre teclas

buscando la letra

que posea la fuerza

que deletree el deseo

y la pasión que sucede

al orgasmo de empeñar

mi tiempo en seguir

elucubrando en hallar

la sílaba siguiente

que me haga olvidar

el parque donde me recreo,

que busque un rincón escondido

donde fumar un cigarrillo

con el amor que profeso,

con las venas de mis labios

y el corazón que palpita

entre mis dedos.

Y mi sexo

me embadurna de pintura

para un lienzo cómplice

de la pasión que expreso

en hallar la diferencia

entre el hielo y el desierto

entre la muerte y la vida

entre el amor y el resto.

Y mi vida

se llena de un pincel

indemne del suelo

que pisan mis zapatos

donde ahora vuelo,

para llegar no sé donde

ni me importa,

porque lo importante

es que donde llegue

mis latidos suenen

como nunca lo hicieron.