Sin respeto

No tengo respeto
ni normas,
ni reglas de juego
ni siquiera juego
con las reglas,
me resulta anodino
sentarme a vaticinar
mi futuro
entre cárceles angostas
y estrechas avenidas.

Me insulta
el problema de tiempo
de la estúpida fe,
la ignorancia
de no llegar a tus labios
si mi deseo es único
y el tuyo, al menos
parecido al mío.

No me asusta
el miedo,
ni me engaña
la mentira
tan solo tengo
el esperpento
de ser humano
y parecerlo
cuando me adorno
de tu cuerpo.

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