Nunca...
Nunca silencies
el placer de la
duda,
supera la
expectativa,
en ausencia
del grito más
enervado.
Nunca maltrates
el trato ambiguo,
al menos cuenta
con el neutro del
gris.
Nunca pienses
en los extremos,
donde vaticinar
resulta inhumano.
Y con la duda
en el color gris
y a mitad de nada
abraza el todo
como si fuera
tu último beso.