Partirse de risa

Se me presentan historias
para partirse el culo,
si no fuera
porque intentan
partírtelo a ti,
con la sola intención
de cobrar deuda,
que ni yo he firmado
ni soy deudor
de lo reclamado.

A los demandantes
solo puedo
ofrecerles una hipoteca
en casa ajena
donde por su interés
puedan gozar de joder,
dejando la mía plena.

Lo siento,
me aburro,
de la gente sin corazón,
de los estúpidos sin sentido,
de aquellos que solo desinforman
y no suman ni un latido.

Basta ya, de basura ingrata,
y lo escribo desde la felicidad,
de saberme vivo
y de creer en gente
que piensa lo mismo.

Hagamos una cueva
porque el mundo es inmenso
donde el infinito
no sea una utopía,
sino un orgasmo eterno.

Me conformo con el segundo
que me abrace,
que me bese,
que me deslice
una arritmia acelerada
y tendré la vida
por testigo,
mientras olvido
esa parte
que no es NADA.

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