Y le miró...

Y le miró a los ojos.
Le transportó en silencio donde le dio la gana.
Le siguió, al abordaje, con la inteligencia en los brazos.
Navegó sin red por otros mundos, entre pared y alfombra.
Se dejó caer sin espada ni ropa.
Jugó donde ya no se juega.
Sin reglas ni regalos, con velas de todo trapo.
Rescataron la ignorancia de su cabeza y manos.
Perpetraron un feroz atraco a la inocencia.
Se liberaron de tapujos y mentiras.
Y cayeron en el orgasmo.
Hoy desayunan con la vida.
Por si mañana, el café esta cerrado.

Karlos@

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