En la sobriedad de una ducha

Si en la sobriedad del amanecer
encuentro el desparpajo
de acunar las horas
según ganas, 
y estipular un reloj
que marque los cuerpos
de mis bellas hadas,
no me resisto 
a deshacerme de la elección.

Y después de una ducha
solo deseo,
mosquear a la borrachera
y trazarle una cuchillada
que solucione el esperpento
de resolver el mismo sudoku
día tras día,
sin encanto y sin calle.

Porque nacer, 
es matar los días 
y las noches
sin morir
en el intento 
de seguir vivo.

Karlos@

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