El principio del amor, empieza por amarse, si te amas,
puedes amar, si no, te vas a la mar y te ahogas.
Ser coherente, no es, ser como los demás elijan, sino como tu
elijas ser, el equívoco o el acierto es cosa de uno, Dios nos dio la
posibilidad de equivocarnos, bendito vicio.