Certeza u ocultación
Pensándolo bien, o mejor dicho sin pensar nada, ni matizar
después, vaticino sin locura alguna, que este puto montaje, donde nos
sumergimos, no es menos alienante, que aquel que Iker Jimenez, propone en
cuarto milenio.
No puedo entender jamás como nos ahogamos socialmente de una
forma tan estúpida e incongruente para dejar de ser y de sentir.
Como evitamos la parte diríamos, más humana de esta peli,
que alguno admira desde otra pantalla, descoyuntado de la risa. Nos obligamos a
la mayor parte de cosas que ocurren.
La consecuencia es la ocultación de resultados, somos
capaces de abrirle la boca a un león, por no pintar la verdad en cualquier
lugar. Capaces de casarnos sin ganas, de tener hijos, con menos o más espíritu,
de trabajar horas y horas sin un rumbo demasiado determinado, de votar sin sentido,
de mentir por llegar a un poder ficticio, de matar por instintos
inverosímiles... y aún así, nos llamamos racionales.
Creemos en nuestra certeza y pensamos que este mundo no es
de trogloditas, enganchados en un guión malo de cojones, donde al director
había que darle un par de hostias... o mejor pensado, las leches nos las
tendríamos que dar entre nosotros por tontos, lo que agradaría a quien nos
estuviera viendo desde ese plano angular perfecto.
¿Si te pones a mirar en tu cabeza, no notas las tiranteces
de ciertos hilos en forma de marioneta? La ventaja de esta vida, es que algunos
les hemos salido rebeldes y el descojone es mutuo.
Karlos@