La cosa más bella
No hay cosa más bella
que jugar
con el corazón en la
mano,
darte hasta el infinitivo
y ser inteligente
en la propuesta de
recepción.
No hay cosa más bella
que elegir a quien
suma
descargar las restas,
aplicar la ecuación
menos imperfecta,
y saborear el
resultado
como los labios más
bellos
que nunca besaste.