Gracias...
Gracias, por
encontrarme
razones para volver
cada día a tu boca,
con nuevas ecuaciones
que solucionar,
por tener una luna
llena
los treinta y pico
días de cada mes,
incluso en febrero,
por tener necesidad de
tu boca
para tener el oxigeno
que haga enloquecer
los sentidos que viven
dentro de mí.
Gracias, porque haces
de mucho
un casi nada, perfecto
de tu calma, mi mejor
colchón,
de tu piel, la mejor
alfombra
para mis ansiosos
dedos
y de tu sombra, la
pista perfecta
para llegar hasta ti.
Gracias, porque haces
de esta vida
un juego continúo,
donde participar es un
lujo
y ganar es tener tu
sonrisa
pegada a mi mirada,
gracias por
demostrarme
que lo imposible es cuestión
de otros,
y lo prohibido no
tiene sentido, a tu lado.
Gracias, por conjugar
el verbo amar
tan cerca de mí,
cada segundo de mi
vida.