No me pidas


No me pidas que te desnude, lo he hecho tanto sin tocarte que me duelen los dedos, de no saciar mi corazón de los versos de tus besos. No me pidas nada que no puedas cumplir, ni siquiera los años que celebraste sin mí, ni los lugares que no me han visto colgado de tus manos, ni anclado a tu boca, alimentando la saliva que corre por mi interior cuando te sueño desnuda

No me pidas nada, que ya te lo doy todo. No me hagas caer por tus medias, cuando te quiero entera, quiero firmar tu alfombra y trazar un hexágono con mi cuerpo no flexible, quiero romper a saciarme de tí para morir en tu infinito.

No me pidas que no me enrede en un tango enrevesado, tus pies, mis manos, tu boca y algo de mis labios.

No me pidas que muera sin verte, sin caer, al menos una noche dede la luna hacia tu sexo. No me pidas no gritar, como la húmeda intimidad de tu entrepierna que te delata, cuando desnuda, me traduce el idioma de tu libido irreverente que nunca miente.

No me pidas que oscurezca sin que amanezca cerca de tí, que mueva ficha en el ajedrez que siempre ganas. No me pidas que no me desplace a un cielo no creado, donde los sueños envidian el temor de provocar a tus labios.

No me pidas que no sea yo, porque la vida es eso, mi yo y los adoquines que piso, mi deseo y la noche que transcurre mientras te quiero.

No me pidas más porque no tengo ganas de ganar ninguna batalla que no sean las ganas de vivir donde te amo.

Entradas populares