Cuentos de lunes

Te voy a contar un cuento, ese cuento que no sabe nadie, que no sabe de rutinas, sino de obras de arte, que no es misterio ni sueño sino adoquín de calle. Ese cuento que componen tus labios cuando me tocan y tu piel cuando se despereza con ganas de más. Quiero un cuento sin siete enanitos, sin cenicientas cobardes, ni aladinos de alfombra, quiero los pinochos justos y los tres cerditos con adosados en Ibiza, que me dejen tranquilo sin buscarles alquiler.

No quiero sueños de Freud, ni despertares de Robín Williams, no quiero suicidios colectivos por amor, ni matanzas que no sean morir amando. Quiero un cuento con prólogo contínuo, contigo y conmigo, donde la suavidad de tu piel, sea mejor que la oveja de Perlan, que el rollo que tenga en tu boca no sea el de Scottex, y que tu cuerpo sea ese punto donde el infinito tenga envidia de tenerte. Quiero un cuento que se llene de tinta natural, de tu sexo, de tu boca y de una copa de exótica de saliva, pasando de tu lengua hacia la mía, con ida y vuelta, sin temor al tiempo .

Quiero un cuento con sabanas de cierto pelo, que no sobrepasen tu ser, pero lleguen al punto exacto donde tu piel es tan sencilla como no pensar , estando contigo.

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