La delicada virtud de la ignorancia

Experimento, mientras ignoro y prefiero no tener ni puta idea, hasta que comienza el segundo siguiente a ésto, que escribo. Dentro de un rato seguiré sin saber y no temo el final del día, porque tendré de nuevo un principio en el que ignoraré tanto como ahora mismo, la ventaja... que ignorando, habré vivido.

La delicada y suave virtud de la ignorancia. Vivir es ignorar lo que sabes, para poder dejarte llevar.

Entradas populares