Cerrar las pestañas

Si me dejo llevar, si cierro las pestañas, y mi mente se libera de lo tóxico, si me quedo en ese desierto que a veces parece utopía y busco el segundo exacto que obtenga el resultado de la ecuación de ser libre en cuerpo y alma, te puedo escribir sobre la belleza de vivir, de esto que las letras no pueden retener, que no pueden calmar, que se pierde en una ansiedad infinita, te hablo de este segundo que lees.

En ese preciso instante me largo de aquí, me puedo sentir en cualquier lugar, a cualquier hora, sin temor a errores ni fronteras, con independencia de la envidia, como en un beso que nunca termina, profano al a lo que no me interesa, en esa soledad que nunca habrá renglón que pueda permitirme el lujo de contártelo, pero te digo que existe, que lo he vivido, que he estado en aquel lugar, y te aseguro que la vida en ese segundo es tan bella, que si pudiera vivir siempre en el, no me haría falta ni una letra para explicarte donde estoy en este instante.

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