Te dejo todo y me llevas dentro

Tengo la gramática imperfecta para designarte heredero de mis fantasías, para descubrirte el ocaso de mi ternura y el principio de la tuya, deseo que mis canas te pasen sin pasar por tu cabello, que te destinen a un mundo diferente al del resto, te designo sucesor de la noche, sin que mates el día, quiero que hagas de tu lienzo, ese papel sin mancha y que te pintes dentro. Quiero que le saques al arco iris, sus colores y si lo deseas maquíllalo de blanco y negro, que pronuncies sus mofletes hasta saturarlos de la avaricia de tus ideas.

Tengo la esperanza de dejarte mis ideales, de traspasar sin impuestos y sin que mi daga cruce el fielato de tu corazón envuelto en seda. Tengo el sueño de quien no duerme, salvo con forzado empeño y la realidad del que amanece entre adoquines con las tijeras en mano para cortar la cinta del comienzo.

Te dejo infinitos, con más o menos letras, con carteles adosados que te lleven lejos. No me hagas caso y hazme, víveme y vívete, nunca tuve consciencia de hacerlo bien, pero sí como quiero, mi verdad es la dulce mentira del resto, pero si tuve sed, la calmé, amé como pude y me dejaron y mis neuronas violetas se relamían por la siguiente esquina, después del intrínseco orgasmo que bailaba con mis venas en original desenfreno. Que mi tango cruce tus piernas, que las haga vibrar, que las desperece, nunca te quedes en nada, porque nada vale lo que puedes hacer si lo que deseas mueve tu cabeza y hace rodar tu cuerpo a la calle donde siempre quisiste vivir dentro.


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