Me hace sonreír

Me hace sonreír
la disyuntiva del subjuntivo
de procrear un presente
con el indicativo perfecto,
parece pusilánime y esbelto
pero claman dureza sus gritos,
hasta ser imperativo
poco indulgente y despiadado.

Me hace sonreír
lo mas pluscuamperfecto
del tiempo de la luna,
en su punto mas álgido
donde los lobos aúllan
y los humanos se desesperan
en el delito mas frágil
de dejarse llevar
por la cordura menos infinita.

Me hace sonreír
que las calles desaparezcan
sin presente que las allane
ni pasado que las endurezca,
con un futuro ciertamente oscuro
y espacios tan estupidos como ciertos.

Me hace sonreír
hablar de tiempos verbales
donde no existe el verbo
ni gente que lo pronuncie,
hablar de tiempo presente
entre muertos, sin pasado.

Me hace sonreír
seguir viviendo
en el infinitivo imperfecto
del verbo vivir.