Baja sin remisión

Desde la animadversión mas elocuente, te solicito te des de baja sin remisión con decisión irrevocable y permiso permanente de por vida de estar y ser nada a mi lado, ya sé que reivindico lo prescindible, porque si antes lo eras, ninguna letra era imprescindible para anotar tu prescindibilidad, pero vine a un mundo donde las repeticiones son el pobre alma que impulsa a los negligentes a estar mas lejos de mí, así que a pesar de ser pesado, no me pesa decírtelo para eliminar tu volumen y pesadez de mi capa neuronal.

Ahora que supongo que estás a más de un centímetro de mí, que no llegas tan cerca, que ya no huele todo tan mal, me doy por satisfecho de haberlo conseguido, de tener una neurona libre más para pensar en el parque donde obtengo mi recreo, o mejor aún de no pensar en lo que tu querías que lo hiciera.. Me deshago de placer por hacerte herman@ de lo ignorado, ahora ya puedo dejar de elucubrar con el tema veinticuatro del cuaderno de sociales y mis reglas dejan de ser ni las que vienen cada mes, ni las estrictamente impuestas, me limito a abandonar la basura y seguir andando con mi mochila menos pesada, me carga la vida cargada de insuficientes razones para tener virus en mi mente, así que lleno mi papelera de reciclaje y cual crin de caballo mis ideas florecen mas rápidas y limpias, como orquídeas en un desierto limitado a los oasis, capaces de hacerme sentir algún tipo de estimulo que meta mi cordura en la locura mas extrema donde yacen los tontos, que en el mundo por desgracia haberlos “haylos”. 

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