Un adoquín de infausta investidura

Un latido silencioso
llega mas lejos
que un adoquín sinuoso
con infausta vestidura,
por eso, me desnudo
de la humedad
y del aire que respiro
y me siento contigo
por encima del lugar
que nunca estuve.

Un latido callado
grita lo que amo,
anda sobre tacones,
con la avidez por hallar
el fondo de un vaso ignorado
con una pizca de deseo
envuelto de venas.

Mis latidos en silencio
pronuncian tu nombre,
sin comerse una letra,
viven en cada curva
y navegan sobre la marea
para descubrir un rincón
donde nadie llegó
y es nuestro destino.

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