Retorciendome

Me he retorcido
hasta quedarme sin cuerpo,
he bordado la rama
de mis caricias, insomnios
y otras mareas de nervios,
y aun caigo en el desencanto,
naufrago en el viejo canto
del jilguero de un solo día,
pero sigo en la brecha
acostado sobre la vida,
se que existe una milésima
de un tiempo de horas
que guarece la envidia
de todo ser humano,
de hallar ese punto
que la nada es tu neurona,
el silencio tu banda sonora
y ella,
el síndrome de tu locura,
la batalla ganada al resto
de seres y tiempos
que mueren a tu lado,
y en esa guerra
donde tu llegaste
de la mano de dos seres
que en principio se amaban
solo queda descargar
toda la estela de tus sueños
esos que saben de amanecer
y no de lunas,
esos que viven de lo real
y se encienden
donde ella te hace sentir.

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