Sueños que no habitan en mi almohada

No busco escaleras,
se llegar solo,
ni tampoco mármol,
porque no tengo frío a tu lado,
siento que el esperpento
ya no me derrota,
y la confianza
es ese café que me tomo
en tu ausencia.

Siento que mis días
no tienen remedio
si resbalan sin tu piel,
sin que una caricia
se pierda de tus dedos
y se quede latiendo conmigo.

Siento que la vida
es ese sueño,
que no vive en mi almohada
sino que se deshace
cuando me acerco a tu boca
y me pego a tus labios.

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