Sin muestra de desatino




Lo tengo decidido me quedo contigo, porque a mi no me valen medias tintas, no me vale tinta en las manos, sin que haya escrito lo amado, no me incluyo en los escritores de medio pelo, hastiados por una coca cola infame, por un sueño infinito...o que no procrea su imaginación, no quiero escritores que a duras penas, le dan un giro a las vueltas del reloj. Me quedo en la nada de no pensar, pero nado a contracorriente con lo diferente, exprimo los instantes y desgasto las vías de mi tren, sin pensar en ninguna parte, sin valorar donde llegaré ni lo que aprendí de atrás, mi cerebro trabaja con un solo terciopelo, solo retengo en la medida que no me detiene, los miedos se van a mi mesilla, se quedan en el sudor de mis sabanas, no quiero mas posturas que las del día, que los tirabuzones eclécticos que despide mi luna cuando no esta llena, redondeada y rebosante de placer.

Me quedo con las veintitantas horas de mis días no caducos, me quedo con las ganas de tenerte mas, con el deseo de ser el aventurero impertinente que se muere por saturar tu cuerpo del lazo que descuelgan mis dedos. Me quedo con el ginecólogo experimentado que reconoce hasta el ultimo rincón de tu sombra, la que no deja de brillar por el sol, por muchos grados a la intemperie que posea. Me quedo con la enemistad de mis pensamientos con los de los hilados a sus anchas y sin muescas de haber vivido.

Simplemente permanezco en la c de tu calma, porque tu alma ya la poseo entre mis labios, y tu latido es mi música y tu mente el regocijo de mi cuerpo y tu sexo, la parte mas apropiada para alimentarme de todo lo que quiero.

Me quedo sonriente sin una muestra de desatino, me quedo con el mar en invierno, me quedo con el desierto en soledad de un pueblo bajo la canícula de agosto, me quedo solo... porque mi necesidad es tan minúscula, como anchas tus ganas de vivirla a mi lado. Me quedo con la libertad de amarte y seguir teniendo ganas de ti, cuando la luna se acueste.

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