Descolgarte de tu sujetador


Nunca olvido el placer de descolgarte de tu sujetador, de traer tus pechos al rincón del aire, donde mis dedos clandestinos se concentran en el circulo concéntrico que queda erguido al paso tibio de mi pareja de meñique y pulgar, prolongado por el corazón que sustenta el resto de seno donde se cobija mi lengua, dejando tras de si el rastro ambicioso de una saliva que se muere por allanar la sustancia mas intima de la avidez.

Codifico mi mente a la proposición honesta de tu libido concupiscente, mi anhelo queda relajado, y mi calma modifica el ardor por un fuego mas salvaje, donde se deshace el hielo que cabalga en el entrecejo de mis neuronas, te deshago de tu ropa como de mi rutina, me dejo mi talante disciplinado en la senda de tu cuello, y me arrastro para hacer enloquecer las papilas gustativas de tu olfato. Me desenfreno sin riesgo de multa, y cojo las riendas sin billete de vuelta, hacia tu sexo.

Penetrar hacia nuestra individualidad es producto de la mutlplicacion de los afectos con la ecuación de las caricias, sobre el co-seno en pos de tus ingles y otros asuntos interiores, sin reservas, con la privacidad de imponer los sentidos sobre cualquier otro destino.

No me apremia abrir tu puerta, pasar dentro, ver la lluvia mas cerca, y querer que desafíes el volumen de tu silencio sobre mi oído. No persigo la vida a tu lado, me siento tan cerca de ella, que paseo por la misma calle, si me llevas dentro de ti, me quedo.

Entradas populares