La neurona despejada

Añoro la neurona despejada, la extraña pareja de un día menos gris y el asueto que descompone mi rutina, añoro la soledad de sus pechos entrelazada entre mis manos, su sexo embarcado en mi pelvis, y sus pezones jugando con mis dedos a dibujar círculos concéntricos de espuma y jabón. No añoro la duda de lo imprescindible, me quedo marcado en el letargo de su existencia, no se si hago bien o mal, la... libertad de exigir la parte no nula, aun desconocida de la entrepierna de lo soñado, me da derecho a elucubrar con la parte mas intima de lo que deseo, allá donde el puerto de mi inconsciencia me lleva, no se si la locura es cuerda o no, pero el si o el no, nunca fue mi fuerte, prefiero un si equivocado a un no desaprovechado, me angustia la imposibilidad de errar, así que acierto o no pero existo.

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