A veces me puede la ansiedad

Se que a veces
me puede la ansiedad
que araño las paredes
con la inmoralidad
de perder los hilos
de esta bella marioneta,
el desorden me lleva
a la perversión
y una vez disuelto en ella
me quedo ensimismado
por regla de tres,
los tres segundos
que dejo de estar conmigo
e incontinente
me pierdo en la mentira
de mi sincera templanza.

Se que a veces
puedo amar por instinto
hasta que se acabe el descarrío,
extraviarme de mi
para estar con ella,
con el mismo sentido
que la gula
acaba con su apetito,
pero carezco de la virtud
en la medida
que dejo de ser
por simplemente estar.

Vaticino mi falta de verdad
en un simple aleteo
que descarga sus alas
y se prende de una cueva
donde no aprende nada.

No quiero ser vulgar pegatina
sino el cromo principal
del álbum de su destino,
no quiero la rama de ella
sino su raíz,
donde habita la verdad
del amor
que me trajo aquí.

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