Me intriga

Me intriga
y no me importa desarraigar
ni el latido de mi raíz,
perseguirte no es castigo,
sino premisa indispensable
para vivir.

Me resulta zafio
quedarme a dos calles,
oler tu perfume
y escudarme en el miedo
para no tener
que llegar a tu boca,
cuando eres
el delirio tremens
de mi realidad
y mi sueño.

Y una vez arañado el deseo
dejada la piel indemne
con la saliva de mi lengua
rodearte como reo culpable
de amarte eternamente,
hasta que los días
no tengan horas
y deba dejar de besarte.

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