Sin error de calculo

Me dejo arrastrar
con elegancia y finura
por el encaje
que sujeta tus pechos,
dejo desnudos los galones
que protegen tus pezones,
y les canto una nana
con la savia de mi lengua
que enfunda el centro
de tu primera intimidad.

No calculo ni un centímetro
de los pasos donde progreso,
enervado como una aguja
a tu piel desnuda,
resbalo sin timidez
hacia el desierto de tu entrepierna,
acometiendo la pasión
de no hallar un hueco de tu sexo
sin la huella de mis dedos.

Me dejo caer en tu vestíbulo,
con mi otro compañero de viaje.
me quedo dentro
tan loco como húmedo,
se apagan mis neuronas,
se envainan las luces a la oscuridad,
y me quedo solo y contigo,
nunca hallé la dirección de infinito
pero debe parecerse
a este lugar que llegamos.

Me gritas, te grito,
me dejas en silencio
te dejo un trozo del mío,
y en una estancia no ignorada
me enciendo
hasta que el fuego
se hace calma,
dejando tras de si,
las velas apagadas
de ese espacio de alquiler
donde quiero vivir eternamente,
a tu lado.

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