En el nombre del amor

Me interesa reproducir
ambiente extraño
en situación inverosímil,
interesados abstenerse
de traer rutina.

En el nombre del amor
se sugiere
rascar los bolsillos
en busca de inspiración,
no aludir a hechos o personas
de nula capacidad estimulante
e incitar a la tentación
a que acuda a la cita.

No hay cebo
ni señuelo atractivo,
la seducción se calcula
que resida en los dedos
de quien
no se muestre ausente.

A falta de historias futuras
se gratifican las orquídeas
no caducadas,
con alquiler reciente
en el parque pasado.

No me llaméis
para confirmar asistencia,
nunca nadie
que aviso de su llegada
me trajo otra cosa
que no esperara.

Lugar de reunión: mi vida.

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