Deja que el sol te derrita

Me queda el resquicio
de tu cabello azabache,
la fina línea
que pretendo encontrar
camino de la playa,
acostado en las huellas
que dejan mis pasos,
sentido y en silencio
callado hasta dentro
donde las teclas
no esconden nada,
de lo que el amor
debe ser.

Y ahora, vacío
me quiero dar del todo
allanar tu silueta
hasta donde llegue
la última sombra
de tu piel sobre la arena.

Deja que el sol te derrita
mientras te acarician mis dedos,
déjame que te desnude
hasta del aire,
que me convierta en la pegatina
que araña tu piel
hasta el fondo de su esencia,
y en el alquiler de tu tiempo
te dibuje el infinito
en ese limbo que hemos creado
cuanto tus labios se despiertan
en el amanecer
olvidados sobre los míos.

No te despegues de mi,
no le quites al mar
el placer de hallarte
y a mi la vida,
de hacerte el amor
pegado al cielo.

Entradas populares