No me disgusta
No me disgusta
saborear lo ingenuo
deleitarme en la piel
sin cruzar dentro,
desmontar tu maquillaje
y como un algodón
acariciar
donde empieza lo nuestro.
No quiero desarraigos
de tu ser,
independencias
que no abracen tus labios
ni aislamientos
en la calle
de tus besos.
Permanezco ajustado
a ti,
en lo correcto de ti,
confinado sin atreverme
a vivir desterrado
donde termina tu rostro
y acaba mi vida.
Me quedo aquí
ilimitado a seguirte
aislado del espacio
y enhebrado al tiempo
que te tiene
y sospecha de mí.
Déjame estar
y bordear la aduana
de tu sexo,
retirarme hasta de mí
contigo.