Dejame alli, donde el aire...

No quiero gritar
para tenerte
si con un susurro
te quedas boquiabierta
entorno a mi boca.

No quiero dejar
que el invierno te congele
si el verano curte tu piel,
no quiero primaveras exhaustas
y otoños descolocados
solo quiero
lunas de noviembre
ambiguas y añoradas,
historias de tu cuerpo
sobre el mío
que va dibujando mi calma.

Déjame allí,
donde el aire
silba tu nombre,
donde el placer
se llama igual
que tu sexo,
donde tus pechos
me suben
a la definición de mi cielo.

Hazme creer
en lo que vine
a sentir,
a ser y amar
como siempre imaginé.

Déjame tu calle
y tus manos
prometo seguirte.

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