Y en el precipicio de tu tanga

Descoso el hilo de tu sujetador
para coserme a tu lienzo,
lo desbordo de cadenas
para usar mi libertad
y expuesto al riesgo
tengo el placer
de tirarme como un pincel
intentando dibujar
lo idóneo.
Habilidosas mis manos
trazan la diagonal
desde tu cuello
a tus pezones
envolviendo
lo convexo de tus senos.

Y en el precipicio
de tu tanga,
maduro la diligencia
de escapar del ruido
en el silencio
de tu entrepierna.

Despejada la incógnita
y subido mi denominador
a la enésima potencia,
concluyo positivamente
en el epicentro
de tu triangulo equilátero.

Hallado el desenlace
y subido al cielo,
acabo de cortar la cuerda
que me despegó del suelo.

Entradas populares