Volteo la desidia

Volteo la desidia
de no aparcar
en los hilos azabaches
de tu sujetador
donde se detiene el tiempo
y comienzan tus pechos.

Y en la infinita desnudez
con destino el centro atípico
de tu intimidad,
dibujo un lío
que atrapa mi mente,
sobre lo concéntrico
donde me recreo
sin salir de tu mirada,
disimulando el desliz
de mis ojos,
hasta la dulce calle
donde diviso
el color de mis sueños.

Y no puedo apartarme
de la codicia
que me desliga
de lo razonable,
y me dejo embaucar
para dormir
arropado por el terciopelo
donde mi cabeza
se quedaría de por vida.

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