Encarecidamente, vuelve

Que tal tus dudas,
con tu amor
de corazón no poeta...
no lo sé,
hay un algo
que me llama
la atención de ti...
no sé que es,
ni siquiera me lo preguntes,
porque ni tengo concepto, 
ni alma donde crear nada.

Eres como una silla
por ocupar
en medio de un desfile,
esperando que aparezca
alguien que la ocupe,
alguien que pueda pagar
el precio adecuado,
es lo que menos importa,
por no haber,
casi no hay un asiento vacante,
carísimo e increíble,
con ganas de ser
el mejor de ellos,
el más cómodo,
más amable,
con las formas más esbeltas
y el perfume de madera
de árbol recién cortado.

Lo deseo con todas mis ganas,
necesito anclar mi ser,
a las formas rectilíneas
de sus trozos cuadrados,
donde aposentar mi espalda,
mi rostro,
mirando al infinito
todo mi yo...
y así estoy,
esperando que vengas...
tal vez tardes un año,
un siglo,
pero vendrás
me quedan muchas vidas
junto a ti.

Si no te enamoras,
deberé volver,
andar por las calles viejas,
de la joven ciudad
y buscarte,
y enredarme
en los hilos
de las telas informáticas,
para que me devuelvan
tu mirada,
pero sé
que besaré tus labios,
antes o después,
tú pones la hora,
o tu mente,
esa que se muere
por besarme,
pero que tú,
contaminada de todo,
no dejas.

Te espero,
no tengo
problema de hacerlo,
si he de coger
otro tren y encontrarte,
seguro que lo haré,
me haces falta para vivir,
y no se hacerlo sin ti,
no tengo mas remedio
que esperar...
pero por favor no tardes,
mi perfume se va rápido
se evapora con el viento,
y quiere vivir,
no lo dejes
bajo un trozo de mármol,
sácalo donde palpita el mundo,
donde aun estas tu por llegar,
y cuando lo hagas,
permíteme que me quede
en tus labios
para siempre,
no se andar
si no es en tu boca.

Encarecidamente vuelve...
te estoy esperando.

Entradas populares