El domicilio de mis sueños

Ayer domicilie un sueño
en el portal de tu recinto,
llamé al timbre
y me atendiste
recogí mis bártulos
y me pose en ti,
te dibuje la huella
de lo que tengo
y traspase lo real
hasta donde no creí
poder alcanzar.

Ahora,
que allano tu morada
me descubro con alevosía
ante tu desnudez,
la que me embarga
y me hace débil
con el beneplácito propio
de sentirme un juguete
en tus manos,
entre tus dedos de niña
de terciopelo de raso.

Quiero,
que sigas deseándome
al menos
hasta que muera
este minuto que agoniza,
y en el enjambre
de esta orgía
con apellidos y nombre,
nos traslademos
donde ni el aire
pueda contaminar
la bendita historia
que ahora escribimos.

Entradas populares