No fue casualidad, sino destino

No nos cruzamos
por casualidad
sino por destino,
no habitamos en la calle
sino entre sabanas,
no sabemos del frío

sino del calor del sexo,
no sabemos de días,
sino de horas a tu lado,
no se de olvidos
sino de recuerdos vividos,
se de ti,
y es lo que importa
porque me traspasas
creas elocuencias
que aun no supe traducir,
me haces conjugar verbos
aun por existir.

Y en tus manos
me siento inocente,
me abrazo a la espalda
que nunca me das,
me engalano de tus pechos
que me hacen flotar,
solo quiero residir allá,
donde el amor
tiene tu nombre,
donde la soledad
es la calle
que crucé
para estar contigo,
ahora que he llegado
no me detengas,
déjame pasar
dentro de ti,
hasta el fondo de tu sexo
y entonces,
cuando esté dentro,
cuando seamos solo uno,
te pido por favor
que pares el tiempo
y no me dejes salir.