Me haces...

Me haces palidecer
envainar mi deseo
por cruzar tan solo
entre tus piernas,
alimentarme de tus pechos
y saciar mi desnudez.

Me haces escribir
en mi diario imperfecto
las noches pasadas
y las lunas que vienen.

Me reproduces
las sensación de velocidad
de andar más allá
pero con la calidad
de la ansiada calma.

Me haces ir
donde quiero escribir
pintar lo que deseo
conjugar un solo verbo,
el de tu nombre.

Me haces huir sin ropa
donde la duda
no me invade,
donde avanzo
sin mirar atrás
porque mi mirada
no es más allá
de donde tus ojos
me dejan caer.

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