Mis recuerdos...

En el crepusculo
de un lunes y un martes
cualquiera,
a bordo de un caballo sin cabeza,
con las neuronas volando
a ras del suelo,
me pierdo
en el soberano vuelo
de quien naufraga
en una gota de lluvia.

Hundido por el barro
me sumerjo en la soledad
donde yacen los perros
que sin ladrar
ahuyentan las fieras,
cargado y cansado
de las pobres pilas
del viejo ermitaño
caigo a los pies
de la experiencia.

Entre mis yemas
se escapan las avenidas
sin direccion ni encuentro,
me abandono a la pagina
perdida del tiempo,
y sin pasaje
navego por los pasillos
del tren marchito,
sin billlete y revisor,
entre las finas vias
que me separan
del otro mundo
donde solo
yacen mis recuerdos.

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