En el camino...

Me importas,
si, te hablo a ti,
lo sabes,
a esa niña
incrédula y desafiante,
altiva y orgullosa...
suave,
cariñosa en su fondo,
erótica y pervertida
en la estampa fina
que desarrolla
su tierna
y desnuda inocencia,
me importas,
porque me deshaces de todo,
no me molestas con nada
y me haces sentir
el enorme privilegio
de ser tuyo
y correspondida en mí,
y en el silencio
que no la ignorancia,
ya eres parte de mi vida,
pero no de esas fotos
que se hacen amarillas
y engloban un baúl,
tantas veces ignorado,
sino de aquellas
que amanecen a las siete,
cuando el despertador se despierta...
y anochecen
con la misma luna,
donde me acuesto,
y ahora te dejo,
tu cuerpo me esta esperando
en el mismo sitio
que tu piel y la mía,
se hacen una...
nos vemos dentro de un rato,
por ahora
no deja de ser un sueño,
pero quien sabe
si ese beso
a la luz de una farola,
fue cierto
y no lo he soñado...

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