Como cada mañana...

Me encanta tu sonrisa,
apenas puedo verte
bajo el cristal negro
de tu peugeot,
me gusta cuando
te maquillas
entre un semaforo y otro,
con la humedad de la ducha
cubriendo tu piel,
mezclada de perfume
y virgen de sensaciones
que no puedo ver ni oler,
hay cosas que se me escapan
pero solo tengo
una silueta al amanecer
un pelo alborotado,
la luz de una noche
casi cerrada
y el sueño de esas horas.

A veces te he mirado
pidiendo a Dios,
que tu ventana se bajase
que te descolgases
de esa oscura intimidad,
entrar en tu mirada
y esconderme en tus neuronas,
no se como piensas
lo que haces
donde vives,
ni siquiera he oido tu voz,
y estoy enganchado a ti,
mientras te miro...

Te dejo adelantarme,
para ponerme a tu lado,
mirarte de nuevo
antes que te marches,
antes que el semaforo
se coloque verde,
dejes tus pinceles,
mires hacia el frente
luego hacia mi lado
y salgas de mi vida
otra vez.

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