Y sigo buscando...

Y sigo buscando...
serio, algo cansado
exhausto
la tela de ese tanga gris
que cubría tu figura
la ultima noche
pegada a la cristalera
con tu cuerpo semidesnudo.

Sigo entreteniendo el tiempo
para volver al lugar
donde vacié la luna
y la volqué en el rincón
que componían tus pechos,
esa balada de piel
donde componer
no es obra difícil,
tan solo una melodía
que ni el aire supo
concertar con el viento...

Y sigo buscando
la sombra del astro
que oscurecía
la caricia de tu pezón
duro y erguido
entre el aleteo
de mis pasionales dedos
que se deshacían
por residir
con delicado pinceles
en la sombra de tu vello...
para vivir
sobre tu clítoris
sin morir en otro infierno
que el de sentirse
vivo en vida
mientras moría la noche
sobre tu desnudez
navegando entre tu cuerpo.

Sigo buscando
esa, mi sombra
que no sabe de otro mar
sino la insinuante marea,
que se dessliza
entre tu perfume
y esas gotas
que llenan
tu vacía intimidad
donde mi lengua
y mi sexo
se detuvieron
con el tiempo.