Te dejo papel...

Aun no me has llamado
no se te ha ocurrido
buscar mi número,
coger mi mensaje de bienvenida
y pasar el fielato de mi puerta,
te aseguro
que una vez introducida
te costara salir de mi mundo,
te empeñaras
en poner un candado
a las puertas del palacio,
sonreirás cuando te venga en gana
y además conmigo.

Aun no has llegado,
lo se porque el amor es indescifrable
pero menos anodino
de lo que poseo,
no existe una calma tan feroz
como el halo del viento
que recorre las venas
cuando ella esta dentro,
y no me equivoque
porque el amor es femenino
sensible, amistoso y poco tímido,
es como la marea que descarga
sin tener limites,
como el tsunami
que arrastra
hasta los pisos de alquiler,
los que habitan por compromiso
esperando la llegada del otro amor,
ese amor verdadero
que te atrapa y no te enjuicia,
que te sube de planta
sin decoro pero con esmero
que te asienta,
que te reduce a todo
y saca de ti, la máxima expresión
esa que multiplicada
por los días del año,
hacen que la caducidad
sea solo una fecha en la nevera,
porque contigo el amor es perenne,
tu amor es mi salvavidas,
porque sin el me hundo,
pero solo un poco,
no me arrastro
porque se que estas,
porque se que vives,
no me importa que tardes,
pero ven... llámame,
apedrea mi puerta,
o siéntate a mi lado
en este metro,
donde ahora te escribo,
mira y no te hallo,
tal vez aquella morena
de pelo corto y sonrisa no fácil,
al otro lado del vagón,
con la carpeta de colores...

Te dejo papel,
voy a ver si fuera ella,
si no continúo escribiendo
es que la encontré.