No dejes de pronunciar mi nombre...

Maldita distancia,
que interrumpe la verdad
que aparca la estrecha sinceridad
que en la calle hallamos,
maldita carretera
que no tiene sentido
que hace mas frío
el puro invierno.

Maldito parque
donde no habito,
donde las orquídeas
poseen ese olor
que solo lo natural
puede dar;
añoro tu banco
tu sonrisa,
tú forma de hablar
y sobre todo de sentir...
tus largos paseos
sobre la cama,
tus noches enredadas
y tus días liados
con la locura.

No te he dicho,
que aun a veces
navego en tu cuerpo
planeo en la sombra
de tus oscuros pezones,
me muevo como en un lago
ese que baña mis neuronas
cuando están ardiendo
que no ardientes.

Mi libido,
sabe de ti,
mis manos en la distancia
procuran abrazarte
atraerte a mi lado,
generando ese deseo
que cada día,
aun en silencio
aparece renovado.

No caigas,
enfréntate con los números
que marcan el espacio
que no existe,
porque eres parte de mi vida,
parte de esa parte
que recuerdo,
de los escalones
donde volver a pisar
no es sino desenfreno,
pasión, sentido y vida...
no dejes de pronunciar
mi nombre.

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