En busca del perfecto infinito...
Y las teclas
salen de dentro,
de donde el polvo
no toca el cielo,
donde las nubes carecen
del alquitrán del suelo,
y enervado sobre el mar,
guías la marea
sin renglones torcidos,
donde solas,
la luna y las olas,
se marchan
vacías de equipaje
en líneas fáciles,
en sentimientos
no complicados,
con la pasión por testigo
y el aire por amado,
en busca de la silueta
del perfecto infinito.