Sin tiempo para morir

Cuentame un cuento,
no te separes de mi oido
mientras cierro los ojos,
cuentame una historia
donde vivir sea mas sencillo,
sumergeme en el burdeos
de tu fabula,
en el azabache de la linea
que separa tus pechos
de mis dedos,
y creame un desierto,
donde desaparecer
no sea arte de magia.

Y ahora que engendras
esa tierra que sembrar
de mi lengua
que envolver de mis latidos
dejame gritar en silencio,
olvidar el suelo que piso
y morir en la calle
entre la saliva
de tu boca
y el punto cardinal
mas cercano
a esa cosa llamada deseo.

Dejame que muera
en este segundo
que mis manos
rozan tus pechos
y en tu integra desnudez
dibuje un calendario
que solo lleve este dia,
le sobran horas
segundos
mis domingos
son el rojo carmesi,
de tu boca,
y mi bandera
la suavidad de tu ingle
pronunciando ese rincon,
donde ahora mis dedos
parecen detenerser
como ese pueblo
anclado en el pasado
en aquel tiempo,
donde todo era verdad,
aquel tiempo
que no posee hora ni dia,
que no posee tiempo para morir.

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