Y su cuerpo...

Y su cuerpo,
se acostaba entre mis manos,
se perdía entre mis dedos de ámbar
se escurría entre mi piel,
lento, tan lento como un segundo
acunado por el tiempo,
reptaba por las huellas
de mi código de barras,
entre un morado y un negro,
así dibujaba su boceto,
tan tierno como la lluvia,
tan suave
como mi primer muñeco,
mi sexo se componía
como el viejo soldado de madera
tieso y duro,
como la nota de un do sostenido,
intentando penetrar
en las agujas de su sexo,
abiertas al infinito
con el andar de mis dedos.

Lasciva y viva,
se humedecía de un charco de deseo
que hacia mas bella
la forma de la locura
que era bailar con su cuerpo,
ese viejo tango de Gardel
entre lo oscuro y lo desconocido.

Perderse era la cordura
hecha carne y piel,
la suya de tez morena,
la mía de idéntica acuarela...
para crear el cuadro desnudo
de la belleza y la serena figura,
de la calma hecha pasión,
en su extensión mas plena...

Un instante y  me ahogaba
en la avenida más angosta
que haya vivido,
solo moverme un centímetro
hacía vibrar de mí ser
la neurona más escondida,
porque ella es..
esa cosa llamada vida,
mi amor verdadero,
mi vida.

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