Amar... o perseguir "lo amado"

Y yo sigo solo,
neutro ante todo,
porque nadie me hizo cambiar,
volcarme y perder
escudriñar las líneas
de ese cuatro
y morirme en sus avenidas
sin hallar plaza alguna
donde deshacer
el embalaje de mi amor.

Eterna rutina
del amante
que persigue
que quiere
que ama
que se deja embaucar
por trompetas de feria,
por barcos a la deriva
que no saben
recoger velas
en alta mar.

Eterno es el desencanto
tanto como mi optimismo,
se que existe ese infinito
y lo persigo
tal vez con más fuerza
que lo hacia ayer,
porque el tiempo,
esa crianza
que hace el buen vino
me demuestra,
que no hay nada
como el amor  maduro
el que se contonea
con su figura
el que enloquece
por un solo beso
sobre su piel
el que se recrea
en su sexo húmedo
y mantiene la canción,
en un do sostenido
que nunca falla.

Pero… los dúos
son complicados
no quieren la verdad,
prefieren la mentira
la insana lucha
de conquistar
castillos insalubres,
de mazmorras finitas
donde aparcar las lágrimas,
un día cualquiera de otro año.

Perseguir en lugar de vivir,
sacar las armas,
en lugar de las caricias,
morirse en la eterna guerra
de querer lo que no se tiene,
y cuando se tiene,
no es más que un simulacro
de esa cosa llamada amor.

Solo te pido,
que si alguien te da pinceles,
si te da un lienzo que pintar,
si alcanzas a verlo
si lo sientes
si lo deseas
si lo amas…
deja de morir por amor
y ama,
porque la vida es amar
no perseguir lo “amado”.



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