Caer Suave...

Caer suave,
como el agua
sube por la arena
desde la cupula
de tu cabello
en zigzag sobre las crines
de tu enredada melena...
lento y sigiloso
en compañía del silencio
paseo por el bosque
con mis manos
hasta tocar tu cerebro,
estrecho el aire
para llegar
a tus pensamientos,
 y vivir con ellos
intentando ser
un poco algo de ti.

Mientras,
mi boca
persigue tus labios
pegada al aire
que respiras,
se hunde sobre tus ojos
hasta llegar a la saliva
de tu lengua húmeda.

Mis dedos,
se duermen en tu cuello
saboreando tu piel,
en el vertigo del descenso
el tiempo permanece
las agujas del reloj
quedan cansadas
al borde del precipicio
de tu cuerpo.

Desciendo hasta tu cintura
para despegar la camisa
que esconde tu piel,
desato los botones
suave,
sin romper el tiempo...
tu cuerpo,
semidesnudo
tras un trozo de tela
que apenas
esconde nada.

Deseo
bajar hasta el hilo negro
que me separa
 de tus pechos,
voy muriendo pausado
sin destrozar
el dulce instante
de traspasar la frontera
del oscuro encaje
que oculta tus senos.

Mis dedos juegan
a encontrar la cúspide,
redonda y oscura
donde ahora camino,
tu sujetador aparece
como alfombra de los pies
y tus pechos desnudos
son mar de mi boca,
tus pezones se excitan
tras el paso
de mi lengua,
y tus ojos
 permanecen cerrados
sin querer despertar
del mas 
real de los sueños.
Navego sobre tu ser
saboreando
cada segundo,
cada minúsculo
trozo de ese amanecer
que se dibuja
en tu enigmática corteza,
ahora prendida
por el eterno aire.

Sobre tu falda
aparece la tela
malva de tus bragas,
creando el latido
acelerado de un deseo
envuelto de la loca cordura
de mis dedos,
voy cayendo
detalle a detalle
con la velocidad
de una tortuga envejecida
hasta encontrar
mi proximo destino...
tu  desnudo ombligo...

Nervioso
deshago tu cinturón,
intentando bajar tu falda,
te cojo las piernas
y te deslizo
sobre la cama
hasta que tus pies
besan el suelo...
bajo tu cremallera,
y el tejido oscuro
desciende por tus piernas
hasta llegar a la tierra
tu cuerpo queda desnudo
y tu sexo tapado
por un trozo leve
 de tela lila.

Empujo con mi boca
tus bragas,
jugando con las líneas
que manejan
tus breves caderas
mientras mis manos
hurgan en tu entrepierna,
camino de tus ingles
creando a su paso,
el deseo irrefrenable
del instante que mi lengua
se deslice por tu vello
hasta encontrar el punto
donde hacerte sentir
un inmundo infinito.

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